Un rato de descanso

Hola. El tiempo corre que vuela. ´Soy Villahoz. Acabo de leer los ultimos comentarios y la verdad es que hace ilusión. La pena es que cuando me acuerdo de entrar es en casa y de momento ando con problemas de internet. Estoy aprovechando que estoy aquí con Bernardo dandole al curre. Son las 8 y media de la tarde y nos ha tocado hacer las matrículas, así que estamos mano a mano y el que da no juega.
Veo que las fotos van apareciendo.
No pretendo dar la coña, pero me voy a permitir insertar uno de los poemas que cuando uno tiene tiempo se dedica a imaginar.

NO EXISTE LA PLAZA

No son los del horizonte gitanos con sus espuelas,
ni sueños de oro blando. ¡Son los surcos de mi tierra!
Los hombres no rezan juntos porque el hielo mató su alma,
¡se volvió negra!
Las mujeres odian a gritos a quien les arrebató la azada
con que arañaban su miseria
en busca de su sangre blanca.
Los viejos... no descansan al calor de sus palabras,
rumian el nombre traidor que los levantó de la plaza ¡su siesta!
Ya está el campo solo, otra vez, sin la luz de la jornada,
con su tristeza, dormido, aguantando fría escarcha ¡dolorido!
No veo el calor de sus hombres con su hoz al cinto
¡chorrea su pañuelo en la manga, descosido!
El vino mancilla su frente ¡ amargo sino!
El pan se quemó en el horno con el fuego ya dormido
de la traición y ...
... el agua, sola, silbó su eco en el pozo y murió ¡amargo grito!
Por eso mis hombres no cantan, ni rezan a su Virgen Santa;
mis mujeres no paren mentiras creadas; sólo los niños
retozan al salir de la escuela y simulan
un grito de guerra ¡qué grande es mi España!
Ven a su abuelo dormido, sin acudir a la plaza y despiertan
¡qué falsas palabras!
No asoma el viento a través de las montañas,
ni llora su canto mi pueblo, un pueblo negro rocío.
¡pobre desgracia!

Perdón por la licencia
Seguimos con el trabajo.
Un abrazo para todos