domingo, octubre 08, 2006

De cine

Ayer cloncluido el partido Suecia-España, acudí al cine para ver la película "LOS BORGIA". Me atraía por algunas críticas y por estar referida a una época histórica de la Iglesia que en el Seminario siempre nos pasaron bastante por alto, como a hurtadillas y sin darle demasiada importancia, pese a que se corresponda con el fortalecimiento de la Iglesia como Estado en su papel de intervención sobre los grandes acontecimientos de la historia con la creación de habitos y modos de vida diferentes.
Como decía esa época me traía un halo de recuerdo nebuloso sobre cosas que nos callaron. La peli la he encontrado algo larga y un tanto machacona en las escenas de intrigas y escenas de cama y violencia. No obstante, me gustó en cuanto he reflexionado sobre las nefastas consecuencias del Poder acumulado en pocas (una) personas, conduce a la aniquilación del contrario para a su vez, acabar superado por el sucesor, empleando sus mismas armas, sin percatarse ni ser consciente de la adulación, la traición y la ambición que habías empleado en tu conquista, se da la vuelta e impidan al protagonista descubrir a tiempo su callada decadencia a la que le han conducido sus actos, nublados por las palmaditas en la espalda.
La película refleja espléndidamente la venajosa, aprovechada y farisea situación de la persona que detenta el máximo Poder ( léase Papa, Cardenal, Secretario General de Partido Político, Presidente de Gobierno o de cualquier empresa), enseguida acumula despiadadamente poder a su alrededor controlando y colocando a sus satélites en cada parcela a sus peones que aniquilarán sin miramiento cualquier atisbo de asalto, aunque resulte infundado, llenando continuamente sus mobletes con soflamas preñadas de buenas intenciones en cuanto dirigidas a la consecucióndel interés general (en la peli, el bien y progreso de la Santa Madre Iglesia) pese a quedar patente la enfermiza búsqueda y defensa de la situación personal y familiar con la vista puesta en la formación de un Estado fuerte que, desde el Vaticano, agrupe a otros Estados (Navarra, Aragón, Castilla, Francia, Borgoña, Nápoles...) Tal fin justificará cualquier medio (matrimonios de conveniencia, nombramientos a canongías estratégicas y laureadas de poder...) y los daños que se puedan producir en las batallas serán colaterales sin derecho al mínimo remordimiento.
La película también refleja el boato, puterío y comilonas en el entorno de la curia papal. Las tías están buenísimas todas. Los hombres, dicen que también. Desde luego allí estaba el Poder y la buena vida. Sin duda, allí con tales ingredientes sería verdadera la opinión "vivir como un cura", pero en mi caso, no lo añoraría, y en mi caso no me hubiera gustado hacerlo entre tanta injusticia.
Fin, con mi salud, paz y olas. Cheyén.